perjantai 5. marraskuuta 2010

Hotel Jorvi

El 2 de Octubre del año 2008 nació en el Hospital de Jorvi en la ciudad de Espoo, Finlandia mi bebé Inari.

Todavía recuerdo bien ese día, cuando empezó el proceso de parto. Los dolores habían empezado desde el día anterior hasta en la noche que decidimos que era hora de ir al hospital, ahí hicieron un chequeo si había empezado ya mi proceso de parto y afortunadamente así era, entonces me internaron en el hospital mientras dilataba mas mi cuello uterino. Durante esta espera pues me dieron el primer tratamiento de hotel 5 estrellas del Parto, me dijeron que podía entrar a un yacusi.

Wuaooooooooo, yacusi!

Después me trasladaron de mi yacusi privado a un cuarto privado, la sala de parto donde me dieron ilokaasu (gas hilarante o gas de la risa) y me preguntaban si quería que me pusieran cierto tipo de anestesia. A lo que yo decía: Si, todo, por favor.

***

Recordé tantas historias de amigas y familiares en Nicaragua que me habían preparado para cuando llegara ese momento. Recordé la Karlita cuando me decía lo horrible que era ese momento y de cuando tuvo a Sofia, su ultima hija, que la tuvieron que cesárear.

A la mañana siguiente de la cesárea una enfermera ­- como me dijo mi amiga todas ellas (refiriéndose a las enfermeras) son unas amargadas - pasó por la sala levantando a todas las mujeres para ir al baño a las 5 de la mañana porque a las 6 pasaban los doctores a revisarla y entonces tenían que estar ya bañadas. Pero la Karlita me contó que ella se levanto como araña  y le dijo a la enfermera que no podia y ella solo le respondió que tenía que hacerlo a como pudiera.

También recuerdo cuando me contó Anielka, la mujer de mi primo, que a ella la habían tratado bien en una hospital público de managua. Pero tambien le habían hecho una episiotomía a la hora del parto y que no le habían puesto anestesia. Lo que mas recordaba era una madre aguja con la que surcieron después de parir.

***

Cuando llego mi momento, mi mente se puso en blanco y en ese entonces yo no podía ni siquiera decir Ay que dolor en finés, solo sabia algunas malas palabras y creo que no era el momento de practicalas con alguien que me tenía en sus manos.

La doctora y parteras hicieron todo lo posible para que mi parto fuera natural. Usaron ventosa osbtétrica (algo tipo embudo) para ayudar que la niña saliera, pero no fue posible. Inari no queria salir.

La saturación de oxigeno de la bebé bajo y entonces decidieron que tenían que prácticarme una cesárea de emergencias. Estaba en pánico porque no sabía como iba a entender a los médicos sino hablaban mi idioma. Me acuerdo que un medico me indicó que tenía que cambiarme de camilla, creo que me habló en español o fue algo producto de la imaginación con los dolores encima.

Cuando desperté estaba en la sala de recuperación, otra vez sin poder preguntar que pasaba y donde estaba. Solo tenía un papelito de mi esposo donde me decía que todo estaba bien y que la nina también estaba bien.

El papáde Inari me la llevó a la sala donde estaba después de la operación, y cuando la miré quedé maravillada porque la miré tan perfecta que dí gracias a Dios por ese angelito llegado a mi vida.

Me trasladaron a una habitación privada para mi recuperación. No podía creer que estaba en un hospital público, la calidad de la atención y servicios eran como de un hotel 5 estrellas. No recuerdo exacto cuanto tiempo tuve que estar ahí, pero si recuerdo bien que no quería irme a casa. Ahí me sentí cuidada y protegida como nunca pensé sentirme en esta situación.

Las enfermeras me enseñaron a cuidar, alimentar, vestir, bañar y todo lo relacionado a un cuidado de un recién nacido. Cuidaron de mi con esmero y paciencia. Me sentí tan segura que ni siquiera me enoje cuando el papá se escapo de mi lado para irse a jugar futbol el muy estrella.

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Puedo decir que por muy difícil que fue la situación de mi parto, siempre me sentí con confianza hacia el personal de salud de esta área, mis miedos y temores de las historias de mis amigas en hospitales públicos de mi tierra, quedaron opacadas ante la realidad que me tocó vivir en este día que dí a luz a mi hija en un hospital "público" en Finlandia.

Pero todavia... ay como recuerdo cuando mis amigas hacían planes para cuidarme en el hospital o en la casa después que diera a luz a mi hija, porque mis amigas y yo creíamos que iba a parir en Nicaragua. Todos mi amigos y familiares hacían roles para estar conmigo cada momento. Chismiando, hablando, comiendo y asegurandose que no llegase ni un momentito de aburrimiento.

En Nicaragua no habría tenido un hotel de 5 estrellas con habitación privada y disponibilidad de un jacusi, pero una de las ventajas de haber parido en mi país hubiera sido tener toda la compañia de mi familia y amistades que no son pocas!

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